El cultivo del café orgánico en agroecosistemas de montaña a  diferencia de la producción extensiva e intensiva del café en planicies, tiene costos ambientales significativamente bajos (conservacion de suelos, flora y fauna), produce un café de alta calidad y es una fuente de ingresos para muchas comunidades de agricultores. Sin embargo, en ambientes montañosos muy diversos (en suelos, formas geomórficas y condiciones microclimáticas), identificar un buen lugar para la siembra de café presenta dificultades cuendo no se cuenta con los mapas ni con un mínimo de tecnología (GPS). La selección inadecuada de las tierras para la siembra del café por la práctica de ensayo y error se traduce en una baja productividad y degradación de los ecosistemas. Por lo tanto, es necesario reconocer y registrar las condiciones ambientales (altitud, pendiente, suelos) y prácticas de manejo que puedan mejorar la eficiencia de las tierras para el cultivo del café orgánico y de altura. Esto se puede lograr integrando la sabiduría campesina, las técnicas geográficas y el conocimiento científico.

En la zona en estudio, la precipitación pluvial se presenta de abril a octubre, con cuatro meses hiper-húmedos (junio, julio, agosto y septiembre) y dos húmedos (mayo y octubre), un mes subhúmedo seco (abril) y el resto de los meses son semiáridos. Se tienen siete meses de lluvia continua para la agricultura de temporal, de los cuales, de mayo a octubre, hay un exceso de lluvia que supera la evapotranspiración. mientras que los meses de noviembre a marzo son semiáridos. Abril es el único mes que se clasificó como subhúmedo; mientras que los meses de mayo y octubre son meses húmedos. Los meses hiperhúmedos se presentan de junio a septiembre. El análisis isotérmico mostró una clara distribución de las temperaturas medias anuales más altas, entre 22 y 24 °C en altitudes más bajas; mientras que, las temperaturas más bajas, menores a 15 °C se localizaron en a mayores altitudes. En la montaña encontramos una gran variedad de suelos de los grupos Umbrisol, Alisol, Regosol, Luvisol, Calsisol, Phaeozem y Cambisol.

En la Mixteca Alta de Oaxaca, México, los sitios de muestreo se seleccionaron de acuerdo con la experiencia de los campesinos. Los cafetales seleccionados se clasificaron en aptos, medianamente aptos y no aptos según la defoliación de las plantas y la presencia de flores al momento de los recorridos de campo. Posteriormente se describieron veintiocho perfiles de suelo, se tomaron muestas por horizontes y se análizaron las propiedades físicas y químicas en el laboratorio.  Con un modelo de regresión se identificaron las principales propiedades físicas y químicas de los suelos asociadas con la percepción de la aptitud campesina para el cultivo del café.

Los cafetales con muy buena aptitud presentaron baja incidencia de enfermedades, mayor cobertura del follaje e incluso flores durante el mes de mayo. Los cafetales fueron clasificados como aptos debido a una menor cobertura del follaje con respecto a los sitios muy aptos, además no se observaron cafetos en floración. Los cafetales medianamente aptos presentaron a una fuerte defoliación ocasionada principalmente por la roya, sin embargo, los sistemas de producción aún son rentables. Por la inclinación del terreno, las tierras se clasificaron como no aptas (mas de 81% de inclinación), tierras magialmente aptas (61-80% de inclinación), aptitud media (41 a 60% de inclinación) y tierras aptas (21-40% de inclinación). Las tierras de inclinaciónes del terreno menores a 20% se utilizan en el cultivo del maíz, no en el cafeto.

El modelo de aptitud para el cultivo de café integrado la altitud y la inclinación de la pendiente del terreno mostró que las tierras muy aptas ocupan solo 258.1 ha distribuidas en el municipio de Santa María Yucuhíti. Las tierras aptas (2 030.4 ha) y medianamente aptas (3 162.3 ha) representan el 39.5%. Por su parte, las tierras marginalmente aptas ocupan 2 558.8 ha. Finalmente, el 39% de la superficie (5 123.9 ha) no es apta para el cultivo de café, además, estas tierras están distribuidas principalmente al norte de la zona de estudio (tierras altas, frías con heladas) y/o en laderas pronunciadas.

En la Mixteca Alta de Oaxaca en el clima cálido húmedo en altitudes bajas con cafetales muy sombreados se propicia mayor incidencia de enfermedades, como la roya. Por el contrario, a mayores altitudes las heladas en el clima templado también limitan el establecimiento de los cafetales. Las pendientes del terreno mayores de 80% son no aptas para el cultivo del café debido a la dificultad de trabajo y porque se propicia la erosión del suelo.

Utilizando la sabiduría tradicional, los campesinos locales identificaron 15 tipos de suelos. También reconocieron que los suelos más productivos para el cultivo del café son los suelos amarillos pedregosos, los suelos de grava negra y los suelos negros pedregosos, mientras que los suelos arcillosos negros serían los menos adecuados.

En la zona en estudio encontramos que los Umbrisoles (71%) y Cambisoles (11%) fueron los grupos de suelo más representativos. Otros grupos, como Alisol, Phaeozem y Calcisol, fueron identificados en algunos sitios particulares. No encontramos una correspondencia directa entre el grupo de suelo y la aptitud para el café. Por lo tanto, identificar el papel de propiedades particulares del suelo ayudaría a identificar a priori parcelas de tierra adecuadas y mejorar aquellas plantaciones ya establecidas con algunos problemas de productividad.

Los productores locales están particularmente interesados en comprender por qué algunos sitios que cumplen con el criterio de altitud para el cultivo de café de montaña muestran una producción insignificante. Los suelos aptos para el café deben ser profundos, con más de un 100 cm de profundidad del perfil, texturas francas, pH neutro a lligeramente ásico, valores de CE de 0,4 a 1 dS/m, valores bajos de Na intercambiable y una capa gruesa de hojarasca que es la principal fuente de nutrimentos. La matriz de correlación mostró los grupos de variables correlacionadas, por ejemplo, la altitud tiende a correlacionarse con la presencia de cationes, excepto Na. Asimismo, la profundidad del suelo tiende a correlacionarse con la capacidad de campo, y el contenido total de mateeria orgánica.

Se recomienda utiliza los fragmentos gruesos en la superficie del suelo para evitar la erosión, propiciar el crecimiento de árboles de sombra de la familia de las leguminosas.

Este estudio colaborativo contó con la participación entusiasta de campesinos de las localidades de Caballo Rucio, Guadalupe Buenavista y Reyes Llano Grande del municipio de Santa María Yucuhíti; y de los campesinos de las localidades de la Unión y Progreso y Yucunino de Guerreo en el municipio de Santiago Nuyoó, todas en el distrito de Tlaxiaco, Oaxaca México. La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) financió parcialmente este estudio.

Más información en:

López-Carmona, D., Gallegos, A., Palma-López, D.P., Martín-Morales, G., Barragán-Maravilla, M., Hernández-Vallecillo, G., Bautista, F. 2021. Selección de tierras para el cultivo de café en zonas con información escasa: análisis espacial del territorio y conocimiento local. Ecosistemas y Recursos Agropecuarios. 8(1): e2419.

López, D., Bautista, F., Bautista-Hernández, D.A. (2023). Identification of soil properties associated with the peasant perception of the suitability of the land for growing organic coffee: the case of traditional agriculture in the “Mixteca Alta” mountains of Oaxaca, México. Agroecology and Sustainable Food Systems, 1-23.

Dante López-Carmona y Francisco Bautista. 2023. La integración de la cafeticultura mexicana en mercados internacionales: el caso de la Mixteca Alta. En: Integración global: el nuevo entorno de los territorios locales. Coor: Armonía Borrego, M. Isabel Ramírez y Marta Astier. Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental. Morelia, Michoacán. 137-161 pp.